A lo largo de mi carrera laboral, me ha tocado atender público en forma presencial y telefónica. Mi primer trabajo fue de asistencia al cliente en un supermercado por allí… ese que tiene un elefantito, esto fue en el periodo de navidad. Como se podrán imagina fue terrible!!, todo el mundo estaba vuelto loco, corriendo de allá para acá… esa fue la primera vez que me dijeron “eres una ineficiente de mierdi” por no darle un cambio sin boleta… mish!, todo el mundo sabe que los cambios son si o si con boleta, pero como todos sabemos existen patuditos en todos lados que creen que pasaran piola.
El segundo trabajo, fue en una empresa que administra la famosa tarjeta que promociona el Lucho Jara, esa que dice tener los precios más bajos (si oh). Una vez recibí un pape en la cabeza, porque la señora tenía su tarjeta bloqueada por impago y quería comprar, obviamente se le dio la explicación correspondiente y al parecer no le gustó… como consecuencia me llevé el manso pape. Debo confesar que desde ese momento trataba de aprender más, porque gozaba haciéndole ver a los clientes que la empresa no robaba, eran ellos los patudos que no pagaban y en eso, lo pasaba chancho jajaja. También me tocó ver como a mis compañeros les tiraban plata en la cara, aclamando ser gente “decente”, insultos, gritos, pataletas… en fin, de todo.
El tercer trabajo fue en una Empresa de Call Center, encargado de reclamaciones de Españoles, y aquí me mataba de la risa con los nombres de los clientes, como por ejemplo: Encarnada, Osito (hombre), Leidi, Yeina, Dolores, Encarnación y tantos tantos otros. Además nos matábamos de la risa con lo literales que eran, si hacíamos asistencia técnica de computador le pedíamos “ahora, cierre las ventanas abiertas” y se los juro por Dios que preguntaban “las del baño también?” jajaja.
La ultima pega fuerte fue en el CR ambulancias SAMU, siento orgullo de decir que trabajé allí porque salvar vidas es una tarea hermosa… y horrible a la vez. De 1000 llamadas sólo 100 son efectivamente procedimientos (y tal vez un poco menos) el resto.. pitanzas. Pero que pitanzas? de todo tipo! De gente que estaba en pleno acto sexual, de niños en el colegio (todo el p*to día), de viejos degenerados que preguntan “¿de que color tiene los calzones mijita?”, niños o bebés que dicen “vieja qlia” y taaaaaantos otros. La llamada más tragicómica fue la de un motel, donde un viejito se fue con una señorita de la noche y empezaron a hacer cositas… al parecer fue tan extremo.. que el abuelito falleció con las botas puestas… (por contar una suave).